Cada día que pasa, cada momento es una nueva línea en nuestra vida, son recuerdos, vivencias, momentos llenos de odio pero también de pasión de dulces recuerdos.
Cada día que pasa descubrimos que demasiadas veces vivimos
una vida que no nos gusta, que nos oprime y acaba ahogándonos. Una vida que
pensamos que es la ideal, donde nos intentamos aislar de todos y de todo para
vivir en nuestra zona de confort sin molestar a los demás.
Hoy quiero dedicar estas palabras a una
mujer maravillosa, luchadora que necesita dar un gran paso en su vida, que necesita volar libre, que tiene que atreverse a dar ese golpe en la mesa sin pensar que pensarán los demás.
Esa gran mujer se esconde detrás de una gran coraza, lucha
cada día con sus sentimientos, con sus contradicciones, aún así sé que un día
conseguirá volar libre, conseguirá realizar todos sus sueños y será esa mujer
dulce, apasionada, sensual que se esconde debajo de esa gran coraza.
No te merece quien te tiene como opción, sino quien te tiene como prioridad; no te merece quien te busca para el placer, sino quien te respeta como mujer.
No te merece quien te tiene como opción, sino quien te tiene como prioridad; no te merece quien te busca para el placer, sino quien te respeta como mujer.
Si pudieras sentir el fuego de mi mirada
y la presión de mis manos en tu piel, entonces conocerías lo que es el amor del
alma, el amor sin concesiones.
Si pudieras sentir como nuestras almas se
funden, como el fuego nos consume, inventaría un mundo nuevo para los dos lleno
de esperanza e ilusión. Un modo distinto de amar, una forma única
de entregarte mi corazón.
Lo único que quiero es que sepas que estoy ahí, que mis
palabras no son, ni han sido sin fuerza, sin compromiso, que te vayas y no sepas que deseo
pasar las noches a tu lado.
Te convertiste en mi sueño, por el cual lucho contra mi yo,
lucho contra todo para poder alcanzarte, para poder verte y saber que estás
bien.
En la vida hay que saber cuando estás de más, cuando has de
marchar, no hacen falta palabras, ni gestos, ni amargas despedidas, solo los
silencios hablan y entiendes que es el momento.
En situaciones así no hacen falta palabras…