Hoy quiero escribir algo diferente, algo que puede ser fantasía o realidad, algo que tal vez, solo tal vez haya podido ocurrir……
Deja el vaso y comienza a observarte, a recorrerte de arriba abajo con esa mirada que te encanta, que en ese momento consigue sonrojarte.
Acércate te dice con voz suave, tengo algo para ti, comienzas a sentir sus manos que recorren tus piernas acariciándolas con suavidad, mientras comienzas a sentir las respuestas de tu cuerpo a ese estímulo. Intentas controlarte pero es imposible y un pequeño gemido escapa de tu boca. Aún hay más, acércate que te mostrare que tengo para ti…
Voy a vendarte los ojos, déjate llevar, sonrisas, jadeos, comienza un paseo sin fin, un paseo lleno de intensas y nuevas sensaciones. Calla no digas nada, ni una sola palabra tan solo déjate llevar por tus sentidos, por lo que dice tu piel.
Te rozan suavemente, deslizan sus dedos con absoluta suavidad, su tacto se queda, se incrusta en cada poro de tu piel. Entran en ti, se apoderan de tu sexo, se quieren quedar en tu cuerpo y te hacen perder la razón. Comienzan a rozar tu pierna con deleite, poco a poco te exploran y suben más allá de tus muslos, te tocan con suavidad, tu abres lentamente las piernas, podían sentir tu humedad, sus manos, sus labios se desvían hacia tus muslos insinuando caricias, apenas rozándolos, torturándote pues sabían que con eso los desearías aún más.
De pronto besan tu cuello, toman tus pechos llevándolos a su boca, los besan, los succionan deliciosamente como queriendo beber de ellos todo tu placer, ¿te gusta?, se hizo un silencio no era necesario decir nada. Entonces se acercan y te susurran al oído, son para ti, ¿te apetece probarlas?, estabas tan excitada que estuviste a punto de gritar por aquel placer. Tu mente no para, es una locura de sensaciones, de placer, de orgasmos continuos, de nuevo besan tus pechos, los chupan y los mordisquean ligeramente. Sentías sus manos poderosas someterme, te sentías dominada, excitada, sin control pero a la vez protegida por aquellos dos hombres.
Desciendes hacia sus penes, acariciándolos entre tus manos, ya los habías despertado. Sentir esos miembros fuertes y poderosos, erectos, esa imagen hace que se te antoje, no lo resistes, lentamente los pasas por tu rostro y tus pechos, salvaje los lames, los chupas hasta el punto de aturdirlos y te piden que no pares. Sentir esos cuerpos impulsados por el deseo de darse placer te enloquece, te transforma y hace que pierdas una vez más el control.
Después de unos momentos los tres os encontráis gritando y gimiendo de placer, hasta que juntos alcanzáis el éxtasis…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario